domingo, 6 de noviembre de 2016

Mitos Y Leyendas de la región Nor-Oriental

Mitos y Leyendas del Estado Anzoátegui


 Dentro de los Mitos y Leyendas más populares del Estado Anzoátegui, podemos nombrar:

Leyenda de la poza del Temblado

 Cerca a la población de El Tigre en la carretera El Caris-La Aventazón, en el balneario La Cadera se encuentra una poza conocida como la poza del temblador. En ella han muerto ahogadas varias personas debido a la profundidad de sus aguas y a los ataques de los tembladores o anguilas de río. Se dice que en época de lluvia los bañistas no deben acercarse a la poza porque el temblador madre hunde a las personas hasta el fondo de las aguas sin dejarlas salir.


Leyenda de las Ánimas del Puente de La Magnolia 

 En la carretera entre El Tigre y Cantaura Poco después de la alfarería El Tigre existe un puente conocido como puente de La Alfarería o de La Magnolia, pero que también recibe el nombre de puente de Las Ánimas, pues supuestamente en las tardes o en las madrugadas, cuando hay neblina, se ve gente pasar, así como se oyen voces y gritos. Se dice que el puente está habitado por almas en pena que avisan cuando va a ocurrir algún fallecimiento o para evitar que éste ocurra. Vecinos del sector creen más bien que los gritos son producidos por los obreros de la alfarería que salen del trabajo a altas horas de la noche.

La Gran culebra, Leyenda kariña 

 Una de las leyendas de origen kariña que todavía se conserva. Se dice que éste mítico animal de las aguas se tragaba a todo ser vivo que se acercara a los ríos. El cacique había enviado a sus mejores guerreros a luchar con ella pero todos habían fallecido. El hijo del cacique, muy joven y el único hombre vivo además de su padre, pidió a éste que lo dejara ir a cazar a la serpiente. Su padre, sorprendido y orgulloso al mismo tiempo, le permitió ir en busca del animal. Antes de que partiera pidió ayuda al püdei o curandero de su comunidad quien fue al cementerio de sus antepasados, oró a los espíritus y ungió al muchacho. El hijo del cacique partió a la búsqueda de la serpiente y al llegar al río, puso a una cochina como señuelo para engañar al reptil. Cuando la culebra salió y devoró al animal el joven la apedreó y la introdujo en una cesta. Al llegar a su hogar lleno de regocijo la culebra, aún viva, se estiró hasta romper la cesta y atacó al cacique. El niño, demostrando gran valentía, rezó a los espíritus y le lanzó una flecha que se volvió una aguja de fuego con la que hirió al animal en la cabeza. Luego volvió a implorar a los espíritus solicitándoles que nunca más apareciera este animal demoníaco en las aguas del río.

Muertos y aparecidos en El Tigre 

 Los habitantes de la Ciudad del Tigre, creen en la existencia de almas en pena y fenómenos paranormales que aparentemente aparecen en las noches por las calles de la ciudad. Así, en el antiguo edificio de la policía se escuchan lamentos, discusiones y gritos, como se ven figuras pasar por las ventanas y se sienten corrientes de viento helado. La comunidad dice que  estos sucede por que en este edificio se encuentran las almas en pena de los presos que en él fueron condenados. También se cree que en la casa donde funcionó la Seguridad Nacional, frente a la placita Simón Rodríguez, se oyen ruidos de cadenas y grilletes arrastrados por los torturados que van a descansar a la plaza. También se cree que en el monumento Vea, donde ocurrió un terrible accidente automovilístico en 1954 todavía se escuchan frenazos, rechinar de cauchos y gritos. Se dice también que en la avenida Francisco de Miranda en las señales de la antigua parada de la Socony se pueden ver figuras con cascos, brazas y viandas. Los vecinos aseguran que son las almas de cinco obreros atropellados por un autobús de la compañía petrolera. Entre los aparecidos famosos está el espíritu de un propagandista de nacionalidad china que suele pasar frente a la primera sede del diario Antorcha, y Él come yuca, espíritu de un hombre alto y delgado que cruza el puente que comunica el edificio de La Esquina con la calle Miguel Otero Silva. En la calle Negro Primero, cruce con Anzoátegui, existía una bodega perteneciente a Juan Rodríguez. Una vez que un cliente se fue sin pagar Juan Rodríguez lo amenazó con su machete, pero otro cliente lo mató usando una palanca de acero. Poco después una vecina le hizo un trabajo al asesino del señor Rodríguez para que se entregara, lo cual en efecto sucedió. En el lugar donde murió Juan Rodríguez se levantó una cruz de cemento que todavía se conserva y cerca de la cual aparentemente ronda el alma en pena del comerciante asesinado. También se dice que en la calle Bolívar, en la antigua sede de la Digepol, fue asesinado un preso fugitivo cuya alma todavía se ve tratando de huir y cae abaleada al suelo.


Mitos y Leyendas del Estado Sucre



Leyenda de la Gallina sacada y la Puerca parida

 Antiguamente, cuando la gente transitaba las vías de comunicación de Nueva Colombia, que eran caminos de trochas y veredas, durante el fresco de la noche, a pie o sobre el lomo de burro u otra bestia, eran frecuentes los relatos que advertían lo que ocurría por los caminos más oscuros y tenebrosos. Hay quienes contaban que se habían topado con urnas y candeleros encendidos; con cueros secos redondos; con árboles que sin brisa se estremecían desgranando sus frutos pero que éstos no llegaban a caer al suelo; que matas enormes se desganchaban sin que cayeran a tierra. Se cuentan historias como éstas. Una de las más comunes es la referida a la gallina sacada y la puerca parida. Aseguran que éstas eran almas de personas condenadas, que en vida habían hecho algún pacto con el diablo, entregándoles el alma a cambio de una gran suma de dinero. Tal pacto se decía, lo habían sellado con sangre de gallina, de cabra, de cochino o de cualquier animal, por lo cual, a la hora de su muerte, habían sido condenadas a pagar su culpa transformándose en el animal que habían sacrificado. Se bendecían los animales que se criaban en casa cuando nacían, para alejar estas encarnaciones diabólicas. Si uno de estos animales moría después de los rezos o desaparecía, era atribuido a que era uno de esos reencarnados o quizá alguien lo había utilizado para hacer un pacto.

Oración para espantar Culebras

 En San José de Areocuar se teme a la culebra como un animal peligroso, que abunda en los montes. Cuando a alguna persona se le cruza uno de estos reptiles en el camino, para protegerse dicen las siguientes palabras: San Marco de León, Amansa de drago y el dragón, San Marco de León, Líbrame de este veneno. Esta contra la repiten con fe para que el animal se desvíe de su camino. Los pobladores sienten además, que con ella tienen la seguridad y protección del santo, quien evitará que sean picados por la culebra.

Secreto para enamorar a una mujer

 Se trata de un ritual que consiste en atrapar un aguaitacamino, que es un pájaro nocturno, se sancocha, se le saca los huesos y se le enseñan, uno a uno, a un animal hembra, que no esté en celo, al tiempo que se dicen unas palabras secretas. El huevo que ponga el ave en tiempo de celo, es el que se guardará en un pañuelo blanco y que será utilizado para secarle el sudor a la mujer que se desea y así ella se enamorará de quien haya hecho este ritual. Esta creencia forma parte de las costumbres y tradiciones de la comunidad. Se dice que cuando ven a un hombre sacar un pañuelo y ofrecérselo a una mujer, otras mujeres sienten celo porque piensan que el hombre pudo haber hecho el ritual para enamorarla. 

La leyenda de la laguna de Capuchino

 Cuenta el señor Juan Quijada, habitante de esta población, que la laguna quedaba cercana a la orilla del camino, que venía desde Cariaco, capital del Municipio Rivero hasta San José de Areocuar. Los caminantes de esa época, paraban allí para descansar y darles de beber a sus bestias. Se cuenta que un padre capuchino que venía desde Cariaco e iba hacia San José, se paró a orillas de la laguna para darle de beber a su caballo, de pronto, la laguna se llenó ahogando al padre y su caballo. Desde entonces se comenta que cuando una persona se acerca a la laguna haciendo mucho ruido, dentro de ésta sale un sonido semejante a agua hirviendo y de piedras golpeándose entre sí. Algunos pobladores cuentan que han visto de noche una luz incandescente que sale del fondo de la laguna y se refleja en el cielo. Este fenómeno es denominado pimpollo de oro. Las personas que viven cerca cuentan que hace diez años unos geólogos descubrieron azufre en ella.

Leyenda de la laguna de Campeare

 Cuentan los pobladores, que en medio de este lugar, se encontraba una casa vieja rodeada de agua. Un día, que algunos comentan fue Viernes Santo y otros dicen que en año nuevo, la casa se hundió. Se dice que por eso no se debe pelear en ninguna de esas fechas. Hay quien dice que en ocasiones, durante la época de sequía, cuando el agua baja, se observan algunas tejas del techo de la casa. Otros dicen haber escuchado gritos y ruidos de animales que se han ahogado en el lugar. En la actualidad, la laguna presenta muchas plantas que la cubren. Es difícil acercarse a ver el agua porque alrededor de la laguna el suelo es muy inestable y quien se acerque puede hundirse en él. .

Aparecidos en el cementerio de los españoles

 También conocido como La Gruta, este cementerio es el centro de muchas narraciones de aparecidos, almas en pena y fantasmas. Construido desde hace siglos  fue usado inicialmente por los frailes franciscanos para enterrar a sus cofrades muertos. Con el paso de los años se abrió a toda la comunidad. Se cuenta que de allí se ha visto salir un hombre alto, todo cubierto con una sotana y se dice que es el alma en pena de uno de los primeros frailes que construyeron este cementerio. Otros cuentan que se ve entrar y salir a un hombre por las rejas, aún estando estas cerradas con cadena y candado. Los habitantes de este poblado comentan que se trata de un difunto que pena en busca de una suma de dinero enterrada en algún lugar del camposanto.

Cura para la picada de alacrán

 Se deben agarrar siete puntas de hojas de diferentes plantas, amasarlas con las yemas de los dedos y pasárselas por la zona de la picadura, hasta que estas hojas boten el sumo verde. Si logran atrapar el alacrán hay que matarlo, picarlo por la mitad y pasárselo también sobre la picada y así la cura será más efectiva. Se dice que si una persona es picada por un alacrán y después se deja ver por una mujer embarazada, la persona que ha sido picada puede morirse si no es atendido a tiempo.

Hombre Curí

 La historia cuenta que existía un hombre que tenía la capacidad de transformarse en curí, que significa animal, para asustar y ahuyentar a las presas de caza y a los cazadores. Cuentan que su transformación ocurría en luna creciente. Se dice que este hombre adquirió estas habilidades por medio de sueños, que le mostraron los pasos a seguir para lograr convertirse en animal. También se cuenta que este hombre vivió, hace más de cien años y que era llamado Mónico.

Entierros condenados o de vigía

 Antiguamente las personas adineradas enterraban su dinero. Se cuenta que el hoyo lo hacía un esclavo y para evitar que revelara el secreto lo mataban y lo enterraban con el dinero, por ello a estos entierros se les llama condenados. Mientras el dueño del dinero estaba vivo, nadie a excepción de él, sabía nada del entierro. Al morir éste empezaban los comentarios, se decía que el muerto salía, que se veía una luz y que el muerto andaba en pena. Se comenta que estos entierros no se pueden sacar sino se mata a una persona o a un perro muy querido, para colocarlos dentro del hueco y dejarlo allí tapado, de lo contrario todo lo que encuentren se convertirá en piedra. Actualmente mucha gente comenta respecto a estos entierros y todavía se escucha hablar de estas historias y de los personajes ya fallecidos, que tal vez enterraron sus riquezas.


Mitos y Leyendas del Estado Monagas


Leyenda de los Encantados

 Entre las creencias populares del estado Monagas, el imaginario en torno a los encantados tiene mucha preponderancia. Según varios testimonios, en las zonas montañosas adyacentes a San Antonio de Capayacuar, hay pozas donde habitan los encantados, como por ejemplo, en la poza de la Trilla, en el Agua Fría de Cerro Negro, en la laguna de Ipure, en la poza de La Laja y en la poza de Jesús Forrilla.
Según los monaguenses, los encantados son seres celestiales, ángeles caídos, que hicieron del agua su morada. Se dice que cuando un encantado posee a un niño, lo sienta sobre una inmensa culebra para despojarlo del bautizo y después el niño anda solitario, sin apetito y desganado, es decir, está bajo un encanto. Cuando, gracias a rezos, logra liberarlo del encanto, el niño describe a los encantados como seres rubios que lo llevan por hermosos caminos.

El Tigre Palenque

 El tigre palenque es una aparición en el municipio Acosta. Se trata de un gigantesco tigre bañado en llamas que aterra a quienes lo ven. Se dice que es invocado por una persona que hace un pacto con el diablo a fin de conseguir dinero y fama. Antes de acudir el tigre palenque al llamado del creyente, se pueden sentir fuertes vientos en el poblado, a manera de tormenta; y se oyen cadenas como si se estuviesen reventando. Cuando el creyente termina de hacer el pacto, despide al demonio, pero cuando lo hace no debe voltear a mirar, pues si lo hace entonces verá unas imágenes que nunca se borrarán de su mente. 

Leyenda del Tesoro de Boves

 Cuenta que el caudillo español José Tomás Boves, después de librar varias batallas victoriosas, llevó consigo un tesoro que robó en Cumaná cuando tomó la ciudad. Enterró el tesoro con la ayuda de su esclavo y seis soldados en un valle llamado Los Pacas, al sureste de San Antonio de Capayacuar. Cuando el tesoro ya estaba semienterrado, Boves y su esclavo dieron muerte a los soldados y luego mató a su esclavo con el fin de no dejar testigos. Según cuentan, Boves dijo: Sus espíritus guardarán de que el oro y las alhajas no sean desenterradas por ningún otro. No obstante, mientras Boves luchaba en la batalla de Urica murió. Jamás se localizó el tesoro y se dice que un jinete sobre un caballo negro lo resguarda. Sólo perdura la leyenda y un misterioso cofre de hierro labrado donde se dice que Boves llevaba las alhajas y el oro, el cual se encuentra en el Museo Colonial de San Antonio de Capayacuar.

Leyenda de la Laguna de Ipure

 Según la leyenda, el sector de la Laguna de 
Ipure era antiguamente un manantial donde los aborígenes iban a buscar agua. Cierto día dos niños que fueron en busca de agua a la laguna se encontraron con una culebra y ésta se tragó a uno de ellos. Cuentan que al brujo de la comunidad, hizo un conjuro y logró sacar a la culebra de las profundidades del agua. La abrió por la mitad para sacarle el cuerpo de la niña que se había tragado y los padres se llevaron el cuerpo de su hija sin vida para velarlo. Cuando regresaron al lugar donde el chamán había abierto a la culebra, vieron que ésta no estaba y, que en su lugar, se encontraba otra laguna, la cual fue llamada Lagunita. Esta leyenda es la que dio lugar al baile tradicional la Culebra de Ipure.

Leyenda del Cacique Taguay  

 Cuenta la leyenda que durante los tiempos de la colonia, en el lugar llamado anteriormente el Cantón de Aragua, vivía este cacique quien luchaba contra los conquistadores (después de sangrientas luchas el ejército español empezaba a dominar por fin la zona). Este cacique tenía una esposa y una hija a quienes apreciaba mucho, observando la situación de peligro decidió crucificar a su hija para que no fuera tocada o violada por el enemigo invasor. Después de esto salió a luchar junto a su esposa, muriendo en batalla pero luchando por sus ideales.

Aparición de la Mujer que Taconea:

 La mujer que taconea ha sido escuchada por muchas personas en el pueblo de San Antonio, especialmente por aquellos que viven en la calle Bermúdez cerca de la iglesia. Se dice que los que escuchan su fuerte caminar se acercan a la ventana para verla pasar, pero reciben un gran susto y les da fiebre. El testimonio de Migdalia Rodríguez, quien vive a media cuadra de la iglesia, cuenta que en una ocasión escuchó los tacones y se acercó a la puerta de su casa que da hacia la calle, pero no llegó ya que sentía un frío muy fuerte y el cuerpo muy pesado. Se acostó y se arropó completamente, pero una mano helada le tocó la cara. Se dice que quienes escuchan el taconeo no deben hablar ni moverse, pues de lo contrario recibirán un gran susto.

Leyenda de la mujer que Crece

 Cuentan que al señor Pilar González, en época de Navidad, unos jóvenes le tiraron un cohete y el señor los persiguió pero no los alcanzó. Mientras los jóvenes casi llegaban a su casa después de la travesura se les apareció una mujer y ellos pretendían enamorarla, pero la mujer crecía y crecía cada vez más. Los jóvenes sentían un gran peso en las piernas y no podían avanzar; regresaron a su casa por otra vía y prendidos en fiebre. La aparición fue interpretada como un castigo.

Leyenda de la Pavita

 Una habitante de San Antonio de Capayacuar, la señora Rondón, prometió casar de velo y corona a sus tres hijas. Se dice que para lograr su promesa, ella vendió su alma al diablo. Sus dos primeras hijas lograron casarse tal como lo aspiraba su madre; pero cuando se casó la tercera, durante la fiesta del casamiento, se estaba haciendo una parrilla y la recién casada se quemó con el fuego, haciendo una antorcha humana. En su intento por salvarse, se clavó en una mata de piñón y allí terminó de quemarse. Luego de este suceso, se dice que su alma se convirtió en pavita y quedó penando, asustando a muchas personas.

Leyenda de la Asadura Guindando

 Dicen en el pueblo de Santa Bárbara, que han visto guindando en las ramas de la Ceiba de la plaza Bolívar del poblado, pedazos de vísceras, piernas y brazos de personas. Algunos creen que estas apariciones se deben a que en ese sitio fue descuartizada viva la madre del prócer Barreto Ramírez, doña Rosalía Ramírez de Barreto. Sin embargo, para la época en que esto ocurrió la Ceiba en donde dice aparecen estas vísceras no existía ya que este árbol fue sembrado en mayo de 1890. Pero es costumbre de la gente no pasar a media noche por la plaza.

Creencias y costumbres en Semana Santa

 Entre ellas negarles a los niños el bañarse en los ríos durante estos días porque según la creencia, se pueden convertir en pez. Se prohibe además decir malas palabras, cazar pájaros y no se debe, bajo ningún motivo, comer carne en estos días. Estas restricciones desaparecían luego del domingo de Resurrección.

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